Un día de perros

En una reunión de amigos, las otras parejas no dejan de hablar de sus respectivos perros de una forma totalmente obsesiva. Los colocan en orden de preferencia, incluso, por delante de sus hijos. Will acaba de hartarse cuando, días más tarde, Grace llega a casa con un perro. Will monta en cólera y le ordena que lo devuelva, pero Grace se le encara y, finalmente, cede ante ella.

Para su sorpresa, Grace acabará enfrentándose al hecho de que, poco a poco, Will se encariñe con el animal, hasta el punto de sentirse desplazada por él. Pero un día que Will lo lleva al trabajo, el perro acaba destrozando unos importantes documentos. Entonces, se plantean que no pueden dedicarle toda la atención que debieran y se plantean dárselo a alguien responsable y con tiempo libre para que lo cuide.