Mi hijo es mío
Debido a un pequeño problema laboral, Jack debe dejar la ciudad unos días y no puede acompañar a su hijo Elliot a un torneo de baloncesto que se celebra en Connecticut a lo largo de un fin de semana. Para no dejar al chico colgado, le pide a su amigo Will que le acompañe, quien acepta gustosamente. A la vuelta, Jack se entera de que se ha perdido el primer beso de su hijo y se siente mal por ello.
Mientras, Grace, que imparte un curso a jóvenes diseñadores, decide ofrecerles a éstos la oportunidad de visitar la casa de un famoso. Para ello, la intrépida diseñadora recurrirá a Karen y se aprovechará de sus contactos.