Jeffrey (Daniel Sauli) parece bastante afable cuando lo conoces. Su amante René (Julien Lucas) sólo lo quiere para la cama y Jeffrey se conforma con eso, al menos eso es lo que le dice a su compañera de habitación y mejor amiga Nikki (Heather Simms). Pero cuando René le ve en la calle con otro hombre, les sigue hasta su casa. Es allí donde ve que hay un apartamento para alquilar. Gladys, la patrona (Patti D’Arbanville), le enseña el apartamento, y él se lo quiere quedar . Las pertenencias del último inquilino están todavía allí, y hay una misteriosa mancha negra en el suelo, pero Jeffrey está tan ocupado acechando a su nuevo vecino que no se da cuenta de todos los sucesos extraños que pasan en su nuevo apartamento. Cuando un amigo del último inquilino viene de visita, hay una escaramuza, y este desaparece después de ir al apartamento de los propietarios. Todo transcurre en calma otra vez, hasta unos días después, cuando Jeffrey oye una voz pidiendo auxilio a través de las tablas del piso podrido. Los secretos empiezan a descubrirse uno tras otro y no son precisamente agradables.